QUIÉNES SOMOS

CÓMO, CUÁNDO Y DÓNDE NACIÓ 
NUESTRA FAMILIA ECUMÉNICA






Nuestra Familia Ecuménica ha sido fundada en Roma en 1944 por Mons. Giulio M. Penitenti, familiarmente llamado "El Padre".  Nació en Sermide, Mantova, el 10 de enero de 1912, y falleció el 7 de julio de 1978.  

Desde muy joven recibió el don de la vocación sacerdotal y ecuménica.  Escuchando la voz del Señor, comenzó con una comunidad de jóvenes deseosos, como él, de consagrar toda la vida al servicio de la causa ecuménica.

Cardenal Eugenio Tisserant
Después de muchos avatares, finalmente estableció el inicio de la comunidad en un pequeño y antiguo convento de PP. Capuchinos, en Riano, Roma, diócesis de Porto-Santa Rufina, cuyo obispo, en aquellos tiempos era el Cardenal Eugenio Tisserant.  Después de años de discernimiento, con oración, trabajo y sacrificio, aquél pequeño convento se transformó en una gran Cittadella Ecumenica, que en recuerdo de San Judas Tadeo, se llamó TADDEIDE; cuna de la Familia Ecuménica  y Centro propulsor de nuestras actividades ecuménicas.

NATURALEZA DE LA FAMILIA ECUMÉNICA

La Familia Ecuménica se compone de tres ramas:  Sacerdotes-Misioneros Ecuménicos-, Religiosas-Misioneras Ecuménicas-y Laicos-Mikaelitas.  Los Mikaelitas son consagrados y comparten el estilo de vida religiosa con las otras dos ramas.  También existe la rama seglar de los Mikaelitas que viven en sus familias y en la sociedad, queriendo ser testimonio de unidad.

EL FIN

El fin general es la santificación a través de los Consejos Evangélicos, y la Consagración total al Señor.
El carisma específico defiva del deseo y anhelo de Cristo expresado en la oración de la Última Cena:  "Padre, que todos los que crean en mí, sean uno, para que el mundo crea que Tú me has enviado" (Cfr. Jn 17, 21).

IDENTIDAD

A la luz del carisma del Padre Fundador, y considerando la gran actualidad e importancia del Movimiento Ecuménico, nuestra identidad, es la de querer, hacer, configurarse uno con la Iglesia, para que nuestra oblación sea total, incesante e incondicional, por la gran causa ecuménica.
Para la promoción y realización de este fin nos adpatamos a todos los medios de la Gracia, la ciencia humana, el progreso técnico y todos los medios aprobados por la Iglesia.

ESTILO DE VIDA

Nuestro estilo de vida imita a la de Jesucristo, casto, pobre, obediente y fiel.  No hay diferencia entre este estilo de vida y el ecumenismo.  De hecho, nuestra consagración da fecundidad a la vida ecuménica y la vida ecuménica estimula nuestra consagración, para ser un auténtico testimonio de Fidelidad evangélica en la Iglesia y en la Jerarquía.
Desde esta profunda comunión, nuestra vocación ecuménica toma forma y significado.
  
VIDA ESPIRITUAL

Convencidos de que las obras de Dios, las construye Él mismo, sirviéndose de almas dóciles a su gracia,
 Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles; si el Señor no custodia la ciudad en vano vigila el centinela (Sal 126),
y como dice el Vaticano II:
El verdadero ecumenismo no puede darse sin la conversión interior (U.R. nº 7)
nuestra preocupación es la de ser, a través de la oración, almas de profunda vida interior para alcanzar la perfecta caridad.
Y de la vida de comunión con Dios brotan la verdadera caridad cristiana, que se convierte en servicio apostólico; el espíritu de fe en fidelidad a la propia vocación, y la esperanza se transforma en santo optimismo.


LAS FUENTES DE NUESTRA VIDA ESPIRITUAL

  • El Espíritu Santo.  La vida espiritual se alimenta de manera muy particular con la docilidad a la acción e inspiración del Espíritu Santo, sin el cual nuestra acción ecuménica no tendría alguna eficacia.
  • La Eucaristía.  La Iglesia Católica desde siempre ha considerado la Eucaristía como el signo visible y fuente permanente de unidad para el pueblo de Dios.
"participando al Sacrificio Eucarístico, fuente y cúlmen de la vida cristiana, se muestra claramente la unidad de los fieles, en ella alcanza su cumbre la acción santificante de Dios sobre nosotros y su culto al Él."  (Cfr. LG y UR)
  • María.  La Madre de Jesucristo y de su Cuerpo Místico, la Iglesia.  Tiene un papel singular e insustituible en el movimiento ecuménico.  María es figura de la Iglesia por la virginidad y la maternidad en la fe, esperanza y caridad, y por su unión con Cristo.  (Cfr. LG 60 y ss)
  •  San Miguel Arcángel.  Protector particular del pueblo elegido (Cfr. De 10, 13; 12,1) y defensor de la Verdad, contra las potencias del mal.  (Cfr. Ged 9; Ap 12,7).  Por estas particularidades, nuestro Fundador lo designó Patrón de nuestra Familia Ecuménica, y de manera muy especial del Movimiento Mikaelita.
  • San Judas Tadeo, Apóstol. Protector de nuestra Obra.  La devoción a San Judas Tadeo, Fundador y Rector de las Iglesias de Oriente, además de unirnos a nuestros Hermanos Orientales, es fuente de gracias extraordinarias, y a quien debemos nuestra Casa Madre, la Cittadella Ecuménica de Riano, dedicada a él con el nombre de TADDEIDE.

LA VIDA COMÚN

Siguiendo el ejemplo de la Iglesia primitiva (Cfr Hech 2,42 ss), los elementos fundamentales que caracterizan la comunión fraterna, constituyen, no solo la vida de fe, caridad y oración, sino la mismísima vocación ecuménica, viviendo un auténtico espíritu de familia, basado en las virtudes humanas como el amor fraterno, la cordialida, la estima, la comprensión mutua, y el aprecio a todos, como quería nuestro Padre Fundador.


APOSTOLADO

Nuestro apostolado encuentra su equilibrio en la oración y en la eficacia en el servicio.  Las actividades propias de la Familia Ecuménica se pueden reagrupar en tres:
  • ORACIÓN:  El ecumenismo espiritual es la base insustituible sobre la cual se construye el diálogo de la caridad y todas nuestras actividades (cfr UR 7-8).  
  • PASTORAL:   Sensibilizar y educar, en primer lugar, a nuestros hermanos católicos a abrirse a las exigencias del ecumenismo, porque es necesario que todos los que forman el tejido orgánico del Cuerpo Místico de Cristo sean no solo informados sino formados en esta prioridad para la Iglesia (cfr UR 10).  
  • APOSTOLADO:  Promover encuentros con hermanos de varias denominaciones cristianas para educarnos a vivir, en la comunión fraterna, en la verdad que nos une, y así tomar conciencia de los progresos desde el plano teológico y pastoral, de las varias comisiones de estudio oficiales, encargadas y sostenidas por la  oración de los cristianos e iluminadas por el Espíritu Santo.


 ¿DÓNDE ESTAMOS?

Italia, Roma-TADDEIDE

  
  
España-Pamplona (Navarra) y Fuengirola (Málaga)








México-Celaya y Zapopan

Israel-Jerusalén