miércoles, 27 de octubre de 2010

PLEGARIA DE LA RECONCILIACIÓN


Desde lo hondo a ti grito,
Señor, Señor, escucha mi voz.

Señor, a menudo te llamamos, pero no te llamamos a una sola voz.
Estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Imploramos la unidad pero no valoramos el precio de la reconciliación.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
¿Quién resistirá? Nos presentamos incapaces de responder a los sufrimientos y a las divisiones del mundo.
Pero de ti procede el perdón y así infundes respeto.
Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison.
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra.
Mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora.
Ezequiel pronuncia esta palabra del Señor: les libraré de todos sus pecados, les purificaré. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios. Serán uno en mi mano. Señor, tu eres nuestra única esperanza.
 Ayúdanos a ser instrumentos de tu reconciliación.

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