martes, 25 de enero de 2011

El ecumenismo es un imperativo moral en busca de la unidad plena

 Benedicto XVI subraya en la basílica de San Pablo Extramuros de Roma, en el final de la Semana de Oración por la Unidad, que la búsqueda del restablecimiento de la unidad de los cristianos debe ser un “imperativo moral” y no un simple reconocimiento de las recíprocas diferencias y lograr la convivencia pacífica
“La búsqueda del restablecimiento de la unidad entre los cristianos divididos no puede reducirse a un reconocimiento de las recíprocas diferencias y a la consecución de una pacífica convivencia”.  Benedicto XVI subrayó esta tarde la necesidad de contemplar el camino hacia la unidad como un imperativo moral, la respuesta a una precisa llamada del Señor. Y por ello “es necesario vencer la tentación de la resignación y del pesimismo” y “proseguir con pasión el camino hacia esta meta con un diálogo serio y riguroso para profundizar en el común patrimonio teológico, litúrgico y espiritual, con el recíproco conocimiento, con la formación ecuménica de las nuevas generaciones y, sobretodo, con la conversión del corazón y con la oración”.  Benedicto XVI presidió a las 5 y media en la Basílica de San Pablo Extramuros la celebración de las Segundas Vísperas en la fiesta de la Conversión de San Pablo Apóstol, con la que finaliza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. En su homilía el Papa recordó que el “santo propósito de reconciliar a todos los cristianos en la unidad de una sola y única Iglesia de Cristo, supera las fuerzas y las dotes humanas” y, por ello, nuestra esperanza debe ser correspondida en primer lugar “en la oración de Cristo por la Iglesia, en el amor del padre por nosotros y en la potencia del Espíritu Santo”.

Participaron en la solemne celebración los representantes de las demás Iglesias y Comunidades eclesiales presentes en Roma; así como el clero y los fieles diocesanos.

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